Sobre nuestras espaldas
jugábamos a escribir frases
y a averiguarlas.
Salvo algún
te quiero
casi nunca acertábamos.
Hasta que escribí
se que me engañas
entonces, te diste la vuelta
me besaste
y saliste de la habitación
sabiéndote ganadora de éste doble juego.
Noja Polman.
1 comentario:
Genial Tigre, es genial!!!!!!!!!!!!!!!
me gustan mucho, muchísimo tus poemas.
Publica!!!!!!!!!!
Y un beso desde Berlín cálido,
Inés
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