Un puñado de lluvia
que murmulla tu nombre en cada gota
me trae el olor a mar de tu cintura.
Amaneces en mis pupilas y me devoras
y tu luz eleva mi cabeza al caminar.
Aprender a leerte, navegar en tus lágrimas
despertar sonriendonos, dejar atrás la calma
todo quisiera
pero temo estar condenado a mirarte de reojo.
Noja Polman.
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