Mientras nos va cubriendo la hiedra

Los silencios tejen la noche
mientras nos va cubriendo la hiedra,
creyéndonos nómadas
las entrañas se aposentan
-apenas hay ya mariposas-

Lejos quedan los jirones
de una luz germinal,
derribada
entre dos orillas frías,
sin piel.

Bournemouth

Enlazados en la melodía
y el sabor dorado
de un verano inexistente
-tan sólo ardió el horizonte-

Durante un tiempo
todo fue invierno,
no creí que otra piel
y otro llanto
cupieran en mis labios
luego
el crepitar, apaciguado,
escondió su rostro
sin llegar al olvido.

Todas las miradas
eran aquella.

Fehmarn (für Julie)

No por breve
fue menos intenso.
Dos estrellas
formaron cosmos.
Corsarios del tiempo,
hicimos lo que quisimos.

Después zarpé,
remansé la estela,
estallaron las imágenes
y la palabra dominó
nuestra distancia.

Aún no me hago a la idea de que estés muerta.

Lola

Abriendonos,
de a poco
y a la vez tejiendo la urdímbre
así, se fue fraguando
sin aparcar del todo
aquella veta,
cubriendose de vuelos
anclados a tu presencia,
dispersa en el tiempo,
intensa en el instante.

De nuevo.

Arremete de nuevo
contra la afonía del recuerdo.
Eriza mi piel
la sóla sospecha.
Derrama,
la sombra del regreso
una luz embriagadora
sin lugar para las urgencias.

Puntos de sutura

No me estaba yendo,

ya me había ido.

No escribía para embaucar a nadie.

Esos versos
eran puntos de sutura.

Muerte en espiral.

Cuando acecha el silencio,
centinela,
y se elevan los muros
nuestros cuerpos, intactos del fango
-pura lumbre-
escapan de la llovizna hostil,
bebiéndonos el pecho
alimentando el deshielo
con tu mano en la mía.

Sólo así
se aleja la muerte en espiral.

Borrando trazos

Las danzas cesaron
nos sacudimos la melaza
hasta quedarnos en ladrillo visto.

Algún verso suelto se desprendió
pero la luz ya había empezado a astillarse.

Después comenzamos
a borrar los trazos
que algún día esbozamos.