viernes, 2 de noviembre de 2012

Skyline

En el preciso instante
en el que prende la llama
e ilumina la ciudad, al fondo,
apoyo mi umbría en tu sonrisa
gravitando a tu alrededor
y surcas por mis pupilas
deshaciendo la melancolía.

De este modo
recoges mi volar
cuando amenaza herida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando conecto con tus ojos
y se enciende nuestro mundo,
nuestras miradas se hablan
y nuestras bocas se miran.
Es en ese momento cuando
nos siento uno,
y el resto de nuestros sentidos
se tornan libres cruzando sus fronteras.