domingo, 12 de septiembre de 2010

Qué dolor, de repente

Qué dolor, de repente

de tacto, de piel, de viscera
de música sin ti,
de semáforos en rojo,
de besos en casa gaudí
de labios de café y donut,
de ceniceros a rebosar,
de sábanas de sudor y ternura,
de estaciones sin consigna,
de caricias sin espalda,
de mañanas sin lunares,
de una cama sin goles ni risas.

Qué dolor, de repente

Noja Polman

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