Qué dolor, de repente
de tacto, de piel, de viscera
de música sin ti,
de semáforos en rojo,
de besos en casa gaudí
de labios de café y donut,
de ceniceros a rebosar,
de sábanas de sudor y ternura,
de estaciones sin consigna,
de caricias sin espalda,
de mañanas sin lunares,
de una cama sin goles ni risas.
Qué dolor, de repente
Noja Polman
No hay comentarios:
Publicar un comentario