lunes, 27 de diciembre de 2021

LA CANCIÓN

 

Ha ocurrido nada más salir del vagón, al llegar a las escaleras mecánicas; tres chavales con un altavoz iban escuchando un popurrí de canciones de hace tiempo y al inicio de las escaleras ha comenzado a sonar nuestra canción. O la canción a la que te asocio porque, de hecho, jamás la escuchamos juntos. Lo que dice esa canción, eres tú; lo que me conmueve de esa música, eres tú.
En el más recóndito lugar, aletargada, como magma palpitante; allí te tenía. De repente, estallas en mi cabeza. Ya en la calle, todo me ha recordado a ti; el frío, la niebla, el sonido de la lluvia sobre el tejado metálico de aquella guarida donde tantas veces nos lo dimos todo.
Hacer. Hacer.
Conocíamos la finitud de aquella situación; una transición fugaz para tener algo eterno. Ser conscientes de que en algún momento de nuestras vidas todo era perfecto.

Quizá sea más ilusionante vivir de utopías que con la evidencia de lo imperfecto. Mantener este amor alejado, distante, en un rincón seguro y poder invocarlo cuando las aguas bajen turbulentas y volver a bailar juntos.

No hay comentarios: