En el doble filo
de tu cama
se esconde el deseo,
viento de Abril.
Cuando la mañana me nombre
acudiré,
sediento,
a la cita que escribieron tus ojos.
Tantas cosas que decirnos
que sobran las palabras.
La luz abrazada al silencio
muerde los muros
donde, al fin, descansaremos.
Noja Polman
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